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Cómo Paraguay logró mantener a raya el avance del coronavirus | BBC Mundo



#BBCMundo #coronavirus #Paraguay Mientras América Latina se ha convertido en el epicentro de la pandemia de coronavirus a nivel mundial, Paraguay vuelva a la normalidad después de tres meses de confinamiento. Y lo hace con unos números envidiables: los casos confirmados al 17 de junio eran poco más de 1.300, mientras los fallecidos a causa del covid-19 son 13 (según el John Hopkins Center) y solo dos en el último mes. Mirando al contexto de la región, Paraguay se mantiene con una tasa de 2 muertos por millón de habitantes, la más baja de Sudamérica. Pero, ¿cómo lo consiguió? En este video te explicamos 3 claves de los resultados de Paraguay. ● Presentación: Ana María Roura ● Investigación y guion: Angelo Attanasio ● Edición de video: Agustina Latourrette ● Animación: Tere Lari ● Editora: Natalia Pianzola Fuentes: Johns Hopkins Centre Banco Mundial Ministerio De Defensa Nacional Paraguay Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay Organización Panamericana de la Salud / OMS

Las tres claves para entender cómo Paraguay logró contener el Coronavirus

La gente camina y trota en un parque en Luque, Paraguay, el 12 de junio de 2020, luego de que el Ministerio de Salud anunciara la fase 3 de la cuarentena inteligente Fuente: AFP


ASUNCIÓN.- En Paraguay la vida parece haber reanudado su curso. Desde el pasado lunes 15 de junio, los restaurantes y los bares volvieron a abrir sus puertas, así como los gimnasios y los centros deportivos . Los ciudadanos del país ahora pueden también comprar boletos de teatro y autocines y participar en los servicios religiosos. Eso sí: con aforo limitado, usando mascarilla y respetando el distanciamiento social por el coronavirus.

Mientras que América Latina se convirtió en las últimas semanas en el epicentro de la pandemia de coronavirus a nivel mundial, Paraguay vuelve a la normalidad después de tres meses de confinamiento. Y lo hace con unos números envidiables: los casos confirmados de coronavirus son 1308, mientras que los fallecidos son 13 , y solo dos de ellos en el último mes.

Mirando el contexto de la región, Paraguay se mantiene con una tasa de dos muertos por millón de habitantes, la más baja de América del Sur . Es decir, muy lejos de los 210 por millón de Brasil, los 36 de Colombia, los 20 de Argentina e incluso los 6 fallecidos por millón de habitantes de Uruguay. Pero, ¿cómo lo consiguió?

1. Una respuesta inmediata

"Una de las razones principales es que el gobierno paraguayo actuó muy rápidamente" , explica Carin Zissis, directora del sitio de análisis Americas Society/Council of the Americas (AS/COA, por sus siglas en inglés), que esta semana publicó un informe detallado llamado "¿Dónde está el coronavirus en América Latina?".

A principios de febrero, cuando aún no había registrado ningún caso de Covid-19, el gobierno de Mario Abdo Benítez suspendió las visas a todos los ciudadanos de la República Popular de China, así como a todo extranjero que hubiese viajado a China continental .

Luego, el 10 de marzo, tres días después de que se confirmaran los dos primeros casos de contagio en el país -los de dos ciudadanos provenientes de Ecuador y Argentina-, Abdo, apoyado por el ministro de salud Juan Mazzoleni, decretó el Aislamiento Preventivo General a nivel nacional .

Esta primera medida incluía la suspensión de las clases escolares en todos los niveles, así como la restricción de todos los eventos públicos y privados y la declaración del toque de queda nocturno . Esto ocurría un día antes de que la OMS declarase el brote de coronavirus como una "pandemia".

La gente hace cola para aplicarse la vacuna contra la gripe en Asunción, el 9 de junio de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus Fuente: AFP


"Nuestra argumentación era que estos casos provenían de países donde la circulación del virus en aquel momento no era comunitaria", recuerda Juan Carlos Portillo, director general de Servicios de Salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay.

"La pregunta que nos hicimos fue: '¿Podemos descartar que adentro de nuestro país no tenemos circulación comunitaria del virus?' Y la respuesta fue que no".

"Además, éramos conscientes de que nuestro sistema de salud es débil", sigue Portillo, "y que tanto las estructuras como el personal sanitario estaban desde hacía semanas bajo la presión de la peor epidemia de dengue que se haya registrado en Paraguay".

Al cabo de pocos días, las autoridades guaraníes declaraban la cuarentena total , una de las más estrictas de la región. Los paraguayos tenían que mantenerse encerrados en sus casas y solo podían salir para comprar alimentos y medicamentos, en caso de emergencia o si eran trabajadores esenciales.

"A diferencia de otros gobiernos, como el de México o el de Brasil, el de Paraguay consiguió enviar un mensaje claro y actuó de manera coherente", explica Zissis, "cosa que permitió que la población acatase las decisiones y actuase de forma responsable".

"Tanto el fuerte liderazgo político como la actitud positiva de la población fueron clave para lograr la contención de la difusión del virus" , concuerda Roberto Escoto, representante en Paraguay de la Organización Panamericana de la Salud, la oficina regional de Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS, por sus siglas en inglés).

Además, el gobierno de Abdo construyó dos hospitales de emergencia y aumentó las camas de cuidados intensivos . Actualmente 8 personas se encuentran hospitalizadas por Covid-19 y solo una de ellas en cuidados intensivos.

A principios de mayo el gobierno instauró la "Cuarentena Inteligente" : poco a poco, y según un calendario dividido en cuatro fases, se flexibilizaban algunas medidas de confinamiento y se abrían ciertos sectores económicos.

El pasado lunes Paraguay entró en la tercera fase , que durará hasta principios de julio, y la actividad económica volvió aunque, según estiman algunas de las fuentes consultadas, en un 80% de su potencial.

2. El aislamiento geográfico

El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos describía su país como una "isla rodeada de tierra" en el corazón del continente. Y no se podría entender el éxito de la estrategia de Paraguay sin tener en cuenta su aislamiento geográfico .

Paraguay no solo no tiene salida al mar, sino que amplias zonas de su territorio están cubiertas por la selva o por la sabana. Además su capital, Asunción, tiene un tráfico aéreo reducido si la comparamos con las otras grandes ciudades de Sudamérica, como Buenos Aires o Sao Paulo.

Y hay que considerar otro elemento: la densidad de su población . Se ha visto que los países y las ciudades más densamente poblados son los más afectados por esta epidemia.

Una voluntaria con mascarilla sirve comida en un comedor de beneficencia en Asunción, el 16 de junio de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus Fuente: AFP


En Paraguay, en cambio, viven unas siete millones de personas en un territorio tres veces más grande que el de Uruguay, otro país que logró contener la pandemia con una estrategia exitosa . Por lo tanto, la densidad de población en Paraguay es muy baja, solo 17 personas por kilómetro cuadrado, cosa que le ha beneficiado.

"Otros países con un tamaño y una población reducida, como Uruguay y Costa Rica, lograron resultados significativos en la lucha contra el coronavirus", explica Zissis, "mientras que países más grandes o mucho más poblados, como Brasil o Estados Unidos, tienen mayores desafíos".

Sin embargo, sigue Zissis, "un tamaño reducido no es una condición suficiente para contener el virus y el caso de Panamá -donde hasta el 17 de junio se registraron 22.597 casos y 470 fallecidos, según datos del John Hopkins Center- lo demuestra".

Otro dato demográfico que explica la baja mortalidad en Paraguay es que ocho de cada 10 infectados, según el Ministerio de Salud Pública, tenía menos de 39 años , es decir, una franja de edad que estadísticamente tiene menos riesgos de padecer complicaciones y muertes.

Por otro lado, Paraguay comparte más de 1300 kilómetros de frontera con Brasil, que actualmente es el segundo país del mundo con más casos de coronavirus en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Y aquí podría estar otra clave del éxito de Paraguay: su política fronteriza .

3. Fronteras cerradas

El gobierno paraguayo cerró sus fronteras terrestres con la Argentina, Bolivia y Brasil el 24 de marzo y a día de hoy no contempla su reapertura . El presidente paraguayo incluso afirmó que Brasil era "la principal amenaza" en la lucha contra la pandemia, debido al alto número de contagios y muertes.

Militares paraguayos fueron enviados a la región fronteriza para impedir la entrada de automóviles y autobuses de comerciantes y residentes brasileños. También se levantaron vallas de alambre de púa en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero.

"Mientras haya evidencias de que en Brasil la situación no mejora, no hay razón para abrir las fronteras" , afirma Portillo, quien resume la actual relación entre los dos países con una frase: "Si Brasil estornuda, Paraguay tendrá neumonía".

El diputado paraguayo Basilio Núñez se sienta dentro de una caja transparente alrededor de su escritorio, que instaló como medida preventiva en medio de la propagación del coronavirus, durante una sesión en el Congreso en Asunción, el 17 de junio de 2020 Fuente: AFP


Pero desde un principio surgió otro problema por resolver: el de los paraguayos y los extranjeros residentes que querían volver al país .

Para solucionarlo, el gobierno organizó una red de decenas de albergues en todo el país . Decenas de hoteles, escuelas y edificios militares y religiosos fueron acondicionados para que todos los que querían volver a Paraguay pasasen allí una cuarentena de 14 días.

Hasta ahora, se han alojado en esos albergues unas 6000 personas, a las que el Estado paraguayo facilita alimentos y cuidados sanitarios pero donde también ha habido quejas por los tratos y las condiciones de muchos de estos lugares.

"Al principio nunca habríamos imaginado que llegara tanta gente", explica Escoto. "Pero se demostró una decisión muy acertada".

Más del 60% de todos los casos de coronavirus registrados en el país fueron detectados en esos albergues , cosa que impidió que el virus se difundiera por el país.

La preocupación por un rebrote

Aunque Paraguay está volviendo a la normalidad y las autoridades no esconden su satisfacción por el éxito de su estrategia, consideran que el peligro no pasó todavía. "La complacencia, la sensación de triunfo, puede ser nuestro peor enemigo" , explica Escoto.

"El hecho de que nuestra población no se haya contagiado de manera masiva", añade Portillo, "quiere decir que sigue estando desprotegida, al no haber desarrollado los anticuerpos" .

Una mujer espera para recibir una comida en un comedor de beneficencia en Asunción, el 16 de junio de 2020, en medio de la nueva pandemia de coronavirus Fuente: AFP


"Esto nos obliga", concluye Portillo, "a mantener una postura de alerta".

El otro foco de atención son las consecuencias económicas que la cuarentena prolongada puede tener sobre la población, en particular la que está empleada en el sector informal.

Un informe publicado por el Banco Mundial auguraba una caída del PBI de Paraguay del 2,8%, inferior a la de otros países de la región, pero igualmente relevante en un país en el que el uno de cada cinco ciudadanos, según la Comisión Económica para América y el Caribe (Cepal), vive una situación de pobreza extrema.















Chipa Paraguaya es furor en la costa atlántica argentina

Diego Molina vive en Ostende desde hace cinco años
Diego Molina habla de chipa y no de “chipá”. Paraguayo de nacimiento y desde hace cinco años pinamarense por adopción, tiene dos remeras que alterna según la temperatura que presente el día. Ambas las lava por la noche y las dobla por la mañana. La azul, bien oscura, la usa cuando el sol no vuelve su trabajo una rutina insoportable. Pero cuando esto sí sucede, la guarda y usa la blanca, con un short que también releva según la prenda superior.
Su vestimenta es lo único que puede variar cada mañana. Lo que siempre acontece está ligado con el éxito que su chipería, que maneja con su padre, provocó en toda la franja de playa que une el norte de Pinamar y Cariló, en donde Molina debe cargar hasta dos veces por día su canasto para complacer al turismo, que busca a toda hora la chipa sin gluten que vende a $70.
“Mis viejos viven en Buenos Aires y yo me vine acá después del primer verano que incursionamos con la chipa. Fue en 2014. Vinimos con mi papá en camioneta a probar una mercadería que habíamos hecho en Buenos Aires. Trajimos 1.000 chipa y en un fin de semana vendimos todo. A partir de ahí decidí instalarme todo el verano y luego durante el año”, contó el joven a Infobae.
En las remeras incorporaron el logo SIN TACC para captar más clientes
Aquella temporada, Diego y su papá encontrar una veta, un nicho comercial al que ningún vendedor ambulante le había puesto el ojo. Vendedores y distribuidores de chipa en Buenos Aires cargaron una camioneta en busca de un testeo de mercado.
Nos genera mucho orgullo saber que fuimos los primeros en probar vender chipa en Pinamar. A medida que pasó el tiempo el negocio se fue expandiendo y nosotros también decidimos invertir para que la mercadería sea del día, fresca, y podamos -además de vender en el Partido- distribuir al resto de la Costa Atlántica”, sostuvo Molina.
Y aquella epopeya dominical se convirtió en un modo de vida. De la chipería bonaerense, los Molina pasaron a tener otras dos que producen únicamente para los balnearios de la Costa Atlántica. “Una chipería la manejamos en Pinamar y la otra en Mar Chiquita. Con la segunda distribuimos a otros balnearios como Mar de Ajó, San Bernardo o San Clemente”, explicó Diego.
Él, quien eligió radicarse en el municipio, logró comprarse su primer auto y más tarde su primera casa en Ostende. “Todos los días me levanto y voy hasta la bajada de playa del golf. De ahí camino ida y vuelta hasta el muelle. Arranco a las 10 y suelo terminar a las 18 o 19. Siempre culmino a esa hora, a menos que haya mucho viento o que esté lloviendo. Si la gente no va a la playa es ridículo que nosotros salgamos a vender”, relató.
En su canasto, todas las mañana carga la primera tanda de chipa. Si la vende, renueva hasta completar un horario de trabajo
Al decir “nosotros” Diego se refiere a la ampliación que debió realizar para poder cubrir todas las playas. “Yo hago ese tramo, pero después otros chico cubre desde el muelle hasta Valeria y otro la parte de Cariló. Somos 5. Y somos los originales, porque acá nadie vendía chipa cuando llegamos. Ahora sabemos que otros lo hacen, pero también nos diferenciamos del resto porque estamos habilitados y cumplimos con lo que dispone la Municipalidad de Pinamar”, aseguró.
Para lograr ser distinguidos entre todos los vendedores de chipa, Diego y sus compañeros decidieron colocar el logo SIN TACC, advirtiendo que el producto que ofrecen no tiene gluten.
“Nos enteramos de casualidad. Un día una mujer nos dijo que nos compraba a nosotros porque era celíaca y podía comer nuestra chipa. Claro, utilizamos fécula de mandioca que es libre de gluten. Entonces decidimos incorporar el logo a la remera para que los turistas pudieran percatarse de este gran detalle”, recordó Diego.
Y agregó: “Tenemos una gran aceptación en la playa. Si el día está lindo puedo llegar a vender 400 chipa. Tengo que llamar a la chipería, decirles dónde estoy y que me traigan más mercadería. Pasa bastante, a la gente le gusta mucho”.
Diego domina el canasto de mimbre en su cabeza: su sueño es expandir el negocio
Por la mañana, Diego espera sentado en la arena la camioneta que le cargue su canasto, que transporta en la cabeza para evitar el cansancio durante la caminata. Cuando llega al muelle pega la vuelta. Si la primera carga se vende, lo dicho: la camioneta regresa y vuelve a completar el canasto de mimbre para que Diego continúe la jornada.
Arrancamos la temporada en diciembre y la terminamos en marzo. Suelo quedarme durante el año acá pero si hay poco laburo me vuelvo a Buenos Aires a ayudar a mis viejos. Si acá hay gente o sale trabajo, sigo con la chipa. Si no, me vuelvo. Tengo la suerte de que en la temporada suelo hacer una buena diferencia económica. No me alcanza para todo el año pero tiro unos meses”, reveló.
Diego indicó que la chipería de Pinamar, por día, cocina alrededor de 1.500 chipas. “En carnaval es una locura. Suelo cargar el canasto hasta cuatro veces por día. Es impresionante lo que pasa", dijo Diego, quien completó: “Muchos compañeros suelen trabajar unos meses con nosotros y después se independizan. Es un producto de muy buena calidad, que por suerte nos mejoró la vida. Vamos a ver si este año puedo invertir en otro negocio. Me encantaría. Aunque la chipa no la dejo por nada en el mundo”.
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